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en que manda Su Magestad, que para evitar los daños que hacian á los indios cristianos, los del Lacandon y de Puchutla, se dé providencia de sacar á los espresados infieles del lugar en que habitan y trasladarlos á ciertos despoblados que están á la otra parte de la Ciudad Real de Chiapa, haciéndoles guerra, si por otra via no se pueden estorbar los enunciados daños. En cumplimiento de esta real determinacion, se trató de efectuar la jornada del Lacandon: nombróse por Capitan General al referido Licenciado Ramirez, cuya pericia militar se tenia esperimentada, pues fué uno de los cinco Capitanes graduados que se hallaron en la espedicion de Gasea contra Gonzalo Pizarro; y para los otros empleos se designaron personas de la primera nobleza. Hiciéronse todas las prevenciones convenientes y marcharon para Comitan, donde se juntaron con los de la Ciudad Real, Chiapa y Sinacantan, antes de la cuaresma del mismo año. Componíase el ejército de Guatemala de mucha gente noble, que iba toda con grande aparato de vestidos, pabellones y cosas de esta clase; y de mil indios de guerra. El de Ciudad Real tambien constaba de muchos caballeros, cuyo Capitan fué Gonzalo Dovalle, uno de los fundadores de Guatemala: de 600 indios de Chiapa y 200 de Sinacantan. El Señor Obispo de Chiapa Don Fr. Tomás Casillas, pasó tambien á Comitan, donde regaló y atendió á los españoles del ejército y bendijo las banderas. Estando todo á punto, partieron para la laguna del Lacandon. Los indios estaban poblados en un peñol grande, cercado de agua. Puesto el ejército á la orilla de la citada laguna, vinieron algunos Lacandones diciendo que querían paz y la amistad de los españoles; mas como les pidiesen canoas para pasar al peñol, respondieron no tenian mas que once, siendo muchísimas las que habian escondido. Con esto echaron al agua los españoles un bergantin que tenian prevenido: lo mismo fué ver los indios semejante monstruo en su mar, que echar á huir; mas esto no fué con tanta lijereza, que no se cautivasen hasta 150 indios y entre ellos el Cacique y el Sumo Sacerdote. Lo mismo hicieron los indios de Topiltepeque y de Puchutla de suerte que cuando llegaron los españoles