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cer capitulo á esta Metrópoli, quiso acompañar á las Religiosas y llegó toda esta comitiva á Guatemala, á fines de Diciembre. Interin se disponía la entrada solemne en su Convento, se pusieron en el de la Purísima Concepcion; y en los pocos dias que estuvieron en él, enfermó y murió una de las nuevas fundadoras, llamada Maria de la Asuncion. El 14 de Enero de 1700, día del Dulcísimo Nombre de Jesus, pasó la Comunidad de San Francisco al Convento de la Concepcion, é incorporadas en ella las cinco fundadoras y dos niñas, que estaban próximas á abrazar el instituto, se encaminaron a la Catedral, donde las esperaba el Cabildo Eclesiástico, Clero y Religiones: desde aquí se ordenó la procesion, en que se llevaba el Santísimo Sacramento y las Imágenes de San Francisco y Santa Clara: llegó esta a la nueva Iglesia; y puestas las Monjas en posesion de su Convento, cantó la Misa un Señor Prebendado.[1] Inmediatamente se solicitaron limosnas, con que se emprendió la fabrica de esta Casa formal, que se concluyó en el término de dos años. En la ruina que padeció esta Ciudad el año de 1717, se refugiaron las Religiosas de Santa Clara en el pueblo de Comalapan, que estaba á cargo del Orden de San Francisco, hasta que pasó la fuerza de los temblores. El día 11 de Agosto de 1734, estrenaron las referidas Religiosas una muy primorosa


  1. Aunque hasta este tiempo se verificó la fundacion del Convento de Santa Clara, consta por los libros de Cabildos del Noble Ayuntamiento de esta Ciudad, que muchos años antes hubo en ella un Beaterio, intitulado de Santa Clara, donde vivian en recogimiento muchas mugeres pobres y virtuosas; y tambien servia a la justicia ordinaria, para depositar algunas mugeres que se necesitaba poner en custodia. En cabildo de 17 de Noviembre de 1684, se determinó, que en atencion á la utilidad que resulta á esta Metrópoli del espresado recogimiento, se den 1,000 pesos para su reedificacion, con la precisa condicion de que la justicia Ordinaria siga haciendo en él sus depósitos, conforme á la intencion de la fundadora, que dio el sitio para dicho Beaterío. No sabemos otra cosa sobre la historia de este recogimiento, ni sobre su fin.