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Igualmente merece un recuerdo su égloga de más de quinientos versos, dedicada Al pueblo de Buenos Aires.

Lafinur es «el poeta romántico de esta época clásica,» como dice Gutiérrez. Es notable su Canto fúnebre, á la muerte del general Belgrano, por la abundancia que hay en él de pasión y de ternura.

Lástima fué que su gusto nunca llegara á formarse, porque era uno de esos hombres de acción y de entusiasmo, pero cuyos escritos son siempre inferiores á su talento y á su fama.




Fué fray Cayetano Rodríguez otro de los patriotas que, envuelto en las primeras corrientes del movimiento de Mayo, dió á su país el contingente de sus luces y el entusiasmo de sus nobles aspiraciones.

Amante de su patria, hasta rendirle culto, entreabrió su cerebro para dar salida al torrente de purísimos ideales con que se sintió inspirado, cuando tras la sombra del coloniaje, vió surgir la aurora de la libertad americana, tantas veces anhelada por su alma y anunciada por sus labios con la certera clarovidencia de un profeta.

Nacido en la villa de San Pedro (provincia de Buenos Aires) en 1761, y entró á los dieciseis años en el convento de Franciscanos, donde profesó en 1783.

No fué el P. Rodríguez un poeta de arranques impetuosos como Lafinur, ni del vuelo clásico de Varela, ni de la nota bélica de Rojas. Bondadoso y sencillo imprime á sus versos su propio carácter, haciendo que la naturalidad con que estos fluyen, supla los defectos que advierte el arte.

Su primer poema lo escribió el año 1790, y fué su tema los padecimientos de Doña María de Ojeda. Pero cuando abrió cauce al estro que lo inflamaba, fué cuando el grito de la emancipación resonó á su oído.

Muchas son las composiciones que escribió desde esta época, pero la primera por su valor poético y literario, es, sin disputa, El sueño de Eulalia contado á Flora, composición festiva é ingeniosa, en la que ridiculiza con mucha habilidad á los enemigos del gran sistema, ó sea de la libertad de Mayo.

Es digna de recordarse entre los mejores trabajos del P. Rodríguez, una colección de cien Sonetos, en su mayor parte satíricos.

Es notable su oda Al Paso de los Andes y victoria de Chacabuco; no inferior á ella es la titulada Al día augusto de la Patria, siendo también digna de mencionarse, por