A Bernardo de la Vega, madrileño, residente en el reino de Tucumán, se le debe una novela titulada El Pastor de Iberia, que vio la luz en 1591.
Es citado entre los literatos de esta época, Luis Pardo, poeta andaluz, aunque no nos ha llegado ninguna de sus obras.
Pero, es después de la fundación de la universidad de Córdoba en 1622 por Fray Fernando de Trejo y Sanabria, que recién toma un poco de incremento la literatura en el virreynato del Plata, aunque dado el carácter de los estudios de aquella época, todas sus obras son más de controversia religiosa que de literatura, propiamente dicho.
Esto tiene fácil explicación, si nos fijamos que eran todos religiosos los que escribían, contando solamente la Compañía de Jesús con más de doscientos nombres entre profesores, predicadores, filósofos é historiadores.
Entre estos trabajos se encuentran algunos importantes, como los que sobre la historia civil y religiosa de este país, escribieron los jesuítas Techo, Xarque, Lozano y Guevara.
También se cita, de este tiempo, el poema La religión en el nuevo mundo, del P. Peramás, así como unas Crónicas del jesuíta Gervasoni y una obra en dos tomos debida á Jorge y Antonio Ulloa, que se titulaba Noticias secretas.
Pero la importancia que iba tomando Buenos Aires, como capital del virreynato, empezó á atraer elementos de progreso, de que había carecido.
Durante el gobierno del virrey Vertiz, se inauguró el primer teatro ó Casa pública de comediass, como se llamaba en aquel tiempo y que tuvo mucho éxito.
Bajo el mismo gobierno, y muy poco después que el teatro, se inauguró la primera imprenta.
Esto dió algún movimiento á la literatura, y aunque al principio solo sirvió para publicar bandos, edictos ó pastorales, no tardó en ser empleada para trabajos de más trascendencia, como fué la edición que, en 1796, se hizo de los Principios de la ciencia económico-política, que tradujo del francés el más tarde famoso general Manuel Belgrano.
A ella también se debe la publicación de las Poesías fúnebres á la memoria del virrey Melo, cuyo autor fué el presbítero D. Manuel Fernández de Agüero, que escribió después Poesías místicas y también una composición en décimas titulada Miserere.
Una vez que hubo imprenta, poco tardó en aparecer el periodismo, el que nació en 1801 con El Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico, é Historiógrafo del Río de la Plata, fundado bajo los auspicios del virrey Marqués