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RODOLFO LENZ

9.—La montaña de Tirúa, que se destacaba en el horizonte, resplandecia coronada por una diadema de fuego. 9.—El monte del alto cerro llamado Tirúa estaba brillando de fuego hecho por los indios de veras.
10.—El Obispo quedó aterrado: esta luz era la antorcha que iluminaba su espíritu i le hacia creer que aquellas hogueras eran los telégrafos del indio i sus resplandores las cifras misteriosas que tramaban su muerte. 10.—Todo no habló el obispo, oh! «Ese fuego es el medio de los indios para pasar la palabra quizas», dijo el gran obispo, oh! «Todito moriré, pues, aquís», dijo, pues, el que traia la palabra de la jente de Dios.

Así como aquí ya el monólogo del obispo viene a sustituir los términos vagos del castellano, así tambien la discusion se disuelve en un diálogo del párrafo siguiente:

15.—En vano se escondió el Obispo, pues luego lo descubrieron en una cuesta tupida de coligüe i quilas. [1] Pero el tiempo que habian demorado en buscarlo habia permitido a Curimilla, el defensor de Maran, presentarse, al frente de los indios de Tirúa, Tucapel i Lleulleu, cuando se conducia en triunfo a la víctima. Por ambas partes se manifestó el mismo teson: unos por matar, otros por defender, i la tierra de Arauco iba a empaparse con la sangre de sus hijos, cuando los dos partidos convinieron en decidir por la suerte su querella i reemplazar la batalla por una partida de chueca. 15.—Se escondió el obispo, pero luego no mas fué visto donde (estaba) su escondite. Pero miéntras era conocido, llegó pues el amigo del obispo, Curimilla, el gran ayudador de Maran, hizo llegar tanta jente de Tirúa, llegó de Tucapel i Lleulleu, miéntras iban trayendo a Maran, oh! pues. Los dos grupos de jente hablaron, pues los unos «que muera!» dijeron, los otros «que no muera!» dijeron.

Puramente se preparaba la jente a pelear.

Entonces pues «juguemos a la chueca, pues!» dijeron; «cual gane, ese ganará a Maran!» dijeron pues.

El último ejemplo lo saco del trozo escrito en estilo retórico por el doctor Palacios (en su libro anónimo «Raza Chilena»). Bajo el título mui vago de «Epico» se trata de una famosa hazaña araucana. Subrayo en el texto orijinal algunas de las abstracciones intraducibles:

  1. El bosque tupido de colihue i quila para el indio es cosa tan natural que la cree superflua. Sin embargo la supresion no era necesaria, i talvez es casual.