Página:Comentarios del Pueblo Araucano.pdf/6

Esta página ha sido corregida
6
[6
MANUEL MANQUILEF

versos, que ella me habia enseñado, a la simpática Mecei, indiecita que hoi es machi i pasa por ser la mas bella de Pelal.

Tampoco olvidaré la parte activa que tomé en los neikurewen i en los machitun o kamarikun, cuando a1 son ya del kultrun, ya de la trutruka, ya del klarin, ya del lolkiñ, levantaba alternativamente mis rodillas para bailar el purün, simple baile: el choikepurün, baile del choique; el tregülpurün, baile del queltehue; i cuán agradable era para mí mover la cabeza al compas de los instrumentos para danzar el famoso lonkomeu, baile de la cabeza!

Frescos están todavía los ratos agradables que pasó en compañía de varios muchachos de mi edad, cuando pastoreábamos las yeguas i en los momentos de ocio jugábamos al kechukawe i al awarkuden formando una algazara fenomenal.

En otras ocasiones avivábamos nuestra pereza organizando un paliñ, juego en donde rivalizábamos en ser los mejores para el mallkotun, pelotear, i para entonar el famoso diálogo diniliyiñ.

La siesta, o sea la hora del meridiano, venia a señalar el término de nuestra jugata para conducir nuestros animales a1 estero, en donde nosotros rivalizábamos en ser los mejores weyelkantufe, nadadores.

Ante todo, réstame decir que todos mis compañeros de juego sabian que era hijo de una chilena i como practicase las costumbres igual i, a veces, mejor que ellos, designáronme con el apodo de Cheuntu, que quiere decir: el que se vuelve jente. De este modo, pues, viene el nombre de Segundo con que tambien se me bautizó.

Tal fué, pues, mi primera educacion i crianza.

Permaneciendo una tarde a la orilla del fogon de mi ruka, teniendo a mi abuelita en mi frente i estando yo con mis piernas cruzadas raspando una papa para engullirmela con medkeñ (sal molida con ají); vi repentinamente a una señora con mi padre i que con ánias me contemplaban. La señora me habló i yo corrí a las rodillas de mi abuela sin entender