Página:Comentarios de la guerra de las Galias (1919).pdf/90

Esta página no ha sido corregida
86
 

riar en Bretaña, y en la destreza y uso de la náutica se aventajan a los demás; y como son dueños de los pocos puertos que se encuentran en aquel golfo borrascoso y abierto, tienen puestos en contribución a cuantos por él navegan. Estos dieron principio a las hostilidades, arrestando a Silio y Velanio, con la esperanza de recobrar, en cambio, de Craso sus rehenes. Movidos de su ejemplo los confinantes (que tan prontas y arrebatadas son las resoluciones de los Galos), arrestan por el mismo fin a Trebio y Terrasidio, y al punto, con recíprocas embajadas, conspiran entre sí por medio de sus cabezas, juramentándose de no hacer cosa sino de común acuerdo y de correr una misma suerte en todo acontecimiento. Inducen igualmente a las demás comunidades a querer antes conservar la libertad heredada que no sufrir la esclavitud de los Romanos. Atraídos en breve todos los de la costa a su partido, despachan de mancomún a Publio Craso una embajada, diciendo: "que si quiere rescatar los suyos, les restituya los rehenes."

IX. Enterado César de estas novedades por Craso, como estaba tan distante, da orden de construir en tanto galeras en el río Loire, que desagua en el Océano; de traer remeros de la provincia, y juntar marineros y pilotos. Ejecutadas estas órdenes con gran diligencia, él, luego que se lo permitió la estación, vino derecho al ejército. Los Venetos y demás aliados, sabida su llegada, y reconociendo juntamente la enormidad del delito que cometieron en haber arrestado y puesto en prisiones a los embaja-