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tierras de éstos, cuando le dijeron los prisioneros que a diez millas de sus tiendas corría el río Sam bre, en cuya parte opuesta estaban acampados los Nervios, aguardando allí su venida, unidos con los. Atrebates y Vermandeses, sus vecinos, a los cuales habían inducido a seguir la misma fortuna en la guerra; que esperaban también tropas de los Aduáticos que venían marchando; que a sus mujeres y demás personas inhábiles por la edad para el ejercicio de las armas tenían recogidas en un paraje impenetrable al ejército por las lagunas.

XVII. César, con estas noticias, envió delante algunos batidores y centuriones a procurar puesto acomodado para el alojamiento. Mas como viniesen en su compañía varios de los Belgas conquistados y otros Galos, algunos de ellos (según que después se averiguó por los prisioneros), observado el orden de la marcha de nuestro ejército en aquellos díasse fueron de noche a los Nervios y les avisaron de la gran porción de bagaje que mediaba entre legión y legión, con que al llegar la primera al campo, quedando muy atrás las demás, era muy fácil sorprenderla embarazada con la carga; derrotada ésta y perdido el bagaje, a buen seguro que las siguientes no se atreverían a hacerles frente. Era bien recibido el consejo, por cuanto los Nervios, que ni antes usaron jamás (ni ahora tampoco usan pelear a caballosino que todas sus fuerzas consisten en la infantería), para estorbar más fácilmente la caballería de sus fronterizos en las ocasiones que hacía correríascortando los arbolillos tiernos, dejando crecer sus