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$07 tropas mudando de país. Y aunque oía a menudo que sus émulos solicitaban a Labieno, y tenía noticia de que se trataba por consejo de unos pocos de quitarle una parte del ejército, interpuesta la autoridad del Senado, con todo, ni creyó en Labieno mudanza alguna, ni se movió a hacer nada contra la autoridad del Senado. Juzgaba que alcanzaría fácilmente el logro de sus deseos estando libres los padres conscriptos para decir sus pareceres. Pues habiendo tomado a su cargo C. Curión, tribuno del pueblo, defender la causa y dignidad de César, había prometido muchas veces al Senado que si le causaban algún recelo las armas de César, supuesto que la dominación y tropas de Pompeyo ponían no poco pavor y grima en el foro, dejasen uno y otro las armas y licenciasen los ejércitos: de esta manera quedaría la ciudad libre y señora de sí misma. Mas no sólo prometió esto, sino que ya el Senado por sí se inclinaba a tomar este partido, cuando los cónsules y los amigos de Pompeyo se pusieron de por medio, y así, dilatándolo, hicieron fracasar la proposición.

LIII. Era grande el testimonio de todo el Senado y muy conforme a lo que antes había pasado. Porque hablando Marcelo el año anterior contra la dignidad de César, dió parte antes de tiempo al Senado contra la ley de Pompeyo y Craso sobre las provincias de César; y dichos los pareceres, retirado Marcelo como cabeza de partido, pretendiendo acrecentar su dignidad con el odio de César, pasó el Senado a tratar de otras cosas muy diversas. Con estos sucesos no se aquietaban los ánimos de los enemigos