Página:Comentarios de la guerra de las Galias (1919).pdf/31

Esta página no ha sido corregida
27
 

armas y divisas. César recoge luego sus tropas al collado más inmediato, y las ordena en batalla. Como Labieno estaba prevenido con la orden de no pelear mientras no viese a César con los suyos sobre el ejército enemigo, a fin de cargarle a un tiempo por todas partes, dueño del monte, se mantenía sin entrar en acción, aguardando a los nuestros. En con-, clusión: era ya muy entrado el día cuando los exploradores informaron a César que era su gente la que ocupaba el monte; que los enemigos continuaban su marcha, y que Considio, en su relación, supuso de miedo lo que no había visto. Conque César aquel día fué siguiendo al enemigo, con interposición del trecho acostumbrado, y se acampó a tres millas de sus reales.

XXIII. Al día siguiente, atento que sólo restaban dos de término para repartir las raciones de pan a los soldados, y que Bibracte, ciudad muy popu-losa y abundante de los Eduos, no distaba de allí más de diez y ocho millas, juzgó conveniente cuidar de la provisión del trigo; por eso, dejando de seguir a los Helvecios, tuerce hacia Bibracte, resolución que luego supieron los enemigos por ciertos esclavos de Lucio Emilio, decurión[1] de la caballería galicana. Los Helvecios, o creyendo que los Romanos se retiraban de cobardes, mayormente cuando, apostados el día antes en sitio tan ventajoso, habían rehusado la batalla, o confiando de poder intercep-


  1. Decurión: suboficial que mandaba una decuria o conjunto de diez hombres.