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morable en la Galia. Pero para que se sepa en qué parajes estuvo César y su ejército, he añadido estas pocas noticias al mismo comentario.

XLIX. Pasaba César el invierno en la Galia bélgica, sólo con el propósito de mantener la amistad de las ciudades y no dar a nadie esperanza o motivo de renovar la guerra. Porque nada deseaba menos que el que al tiempo de partir se le ofreciese alguna precisión de volver a tomar las armas, por no dejar algún movimiento, habiendo de licenciar el ejército, que excitase con gusto a toda la Galia sin el temor del peligro presente. Y así, tratando honoríficamente a las ciudades, honrando con premios a las personas principales, no imponiendo nuevos tributos, contuvo en paz fácilmente con la condición de una suave obediencia a la Galia, trabajada con tantas batallas adversas.

L. Después de concluída la invernada, partió a largas marchas la vuelta de la Italia, contra su costumbre, para hablar a las colonias y municipios y recomendarles la pretensión del sacerdocio que tenía su cuestor M. Antonio, en la cual se empeñaba, así por favorecer a un sujeto con quien tenía suma estrechez y a quien había enviado un poco antes a seguir su pretensión, como por resistir animosamente a la poderosa facción de algunos que con la repulsa de Antonio intentaban abatir la exaltación de César, que le favorecía. Y aunque en el camino, antes de llegar a Italia, supo que Antonio estaba nombrado agorero, con todo, pensó tener no menos justo motivo de visitar las colonias y municipios,

comentarios.-tomo i.
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