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fuertes los Galos, confiados en la ventaja del sitio; y repartidos por naciones, tenían apostadas sus guardias en todos los vados y trancos de la lagunacon firme resolución de cargar a los Romanos atollados, si tentasen atravesarla; por manera que quien viese la cercanía de su posición pensaría que se disponían a pelear casi con igual partido; mas quien mirase la desigualdad del sitio echaría de ver que todo era no más que apariencia y vana ostentación. Indignados los soldados de que los enemigos estuviesen firmes a su vista en tan corta distancia, y clamando por la señal de acometer, César les representa "cuánto daño se seguiría y a cuántos soldados valerosos costaría la vida, sin poderlo remediar, esta victoria; que pues ellos se mostraban tan prontos a cualquier peligro por su gloria, sería él tenido por el hombre más ingrato del mundo si no estimase la vida de ellos más que la suya". Contentando así a los soldados, se retiró con ellos ese mismo día a los reales, y prosiguió aparejando lo-que faltaba para el ataque de la plaza.

XX. Vercingetórix, cuando a los suyos dió la vuelta, es acusado de traidor, "por haberse acercado tanto a los Romanos, por haberse ido con toda la caballería, por haber dejado el grueso del ejército sin cabeza, y haber sido causa con su partida de que los Romanos viniesen tan a punto y tan presto; no ser creíble que todo este conjunto de cosas hubiese acaecido casualmente o sin trato; ser visto que que ría más ser rey de la Galia por gracia de César que por beneficio de los suyos". A tales acusaciones res-