Página:Comentarios de la guerra de las Galias (1919).pdf/214

Esta página no ha sido corregida
210
 

refuerza con cuatrocientos caballos germanos, que desce el principio solía tener consigo. Los Galos no pudieron aguantar su furia, y puestos en huida, con pérdida de muchos, se retiraron al ejército. Abuyemados estos, atemorizados de nuevo los sitiados, condujeron presos a César a los que creían haber alborotado la plebe, y se rindieron. Acabadas estas cos s. púsose César en marcha contra la ciudad de Avarico, la más populosa y bien fortificada en el distrito de Berri y de muy fértil campiña, con la confianza de que, conquistada ésta, fácilmente se haría dueño de todo aquel Estado.

XIV. Vercingetórix, escarmentado con tantos continnados golpes recibidos en Velaunoduno. Genabo, Neuvy, llama los suyos a consejo; propóneles "ser preciso mudar totalmente de plan de operaciones; que se deben poner todas las miras en quitar a los Romanos forrajes y bastimentos. Ser esto fácil por la copia de caballos que tienen y por la estación, en que no está para segarse la hierba; que forzosamente habían de esparcirse por los cortijos en busca de forraje, y todos éstos diariamente podían ser de gollados por la caballería. Afiade que, por conservar la rida, debiau menospreciarse las haciendas y comodidades, resolviéndose a quemar las aldeas y caserías que hay a la redonda, hasta donde parezca poder extenderse los enemigos a forrajear: que, por lo que a ellos toca, todo les sobraba, pues serian abastecidos de los paisanos en cuxo territorio se hacix la guerra; los Romanos, o no podrían tolerar la carestia, o, con gran riesgo, se alejarían de sus tien-