Página:Comentarios de la guerra de las Galias (1919).pdf/183

Esta página no ha sido corregida
179
 

den determinan los premios y los castigos; cualquiera persona, ora sea privada, ora pública, que no se rinde a su sentencia, es excomulgada, que para ellos es la pena más grave. Los tales excomulgados se miran como impíos y facinerosos; todos se esquivan de ellos, rehuyendo su encuentro y conversación, por no contaminarse; no se les hace justicia por más que la pidan, ni se les fía cargo alguno honroso. A todos los druidas preside uno con autoridad suprema. Muerto éste, le sucede quien a los demás se aventaja en prendas. En caso de haber muchos iguales, se hace la elección por votos de los druidas, y más de una vez se disputan la primacía a mano armada. En cierta estación del año se congregan en el país de Chartres, tenido por centro de toda la Galia, en un lugar sagrado. Aquí concurren todos los que tienen pleitos y están a sus juicios y decisiones. Créese que la tal ciencia fué inventada en Bretaña y trasladada de allí a la Galia. Aun hoy día, los que quieren saberla a fondo van allá por lo común a estudiarla.

XIV. Los druidas no suelen ir a la guerra, ni pagan tributos, como los demás; están exentos de la milicia y de toda clase de obligaciones. Con el atractivo de tantos privilegios, son muchos los que se dedican a esta profesión, unos por inclinación propia, otros por destino de sus padres y parientes.

Dícese que allí aprenden gran número de versos.

Así es que algunos gastan los veinte años en la escuela. No tienen por lícito escribir lo que aprenden, no obstante que casi en todo lo demás de negocios