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VI. Por dos caminos tan solamente podían salir de su tierra: uno por los Sequanos, estrecho y escabroso, entre el Jura y el Ródano, por donde apenas podían pasar los carros uno a uno, y señoreado de una elevadísima cordillera, desde la cual muy pocos podían embarazar el paso; el otro por nuestra provincia, más llano y ancho, a causa de que, corriendo el Ródano entre los IIelvecios y Alóbroges, con quien poco antes[1] se habían hecho pacespor algunas partes es vadeable. Junto a la raya de los Helvecios está Ginebra, última ciudad de los Alobroges, donde hay un puente que remata en tierra de los Helvecios. Daban por hecho que, o persuadirían a los Alóbroges, por parecerles no del todo sincera su reconciliación con los Romanos, o los obligarían por fuerza a franquearles el paso. Aparejado todo para la marcha, señalan el día fijo, en que todos se debían congregar a las riberas del Ródano. Era éste el 28 de Marzo, en el consulado de Lucio Pisón y Aulo Gabinio.

VII. Informado César de que pretendían hacer su marcha por nuestra provincia, parte aceleradamente de Roma, y, encaminándose a marchas forzadas a la Galia ulterior, se planta en Ginebra. Da luego orden a toda la provincia de aprestarle el mayor número posible de milicias, pues no había en la Galia ulterior sino una legión sola. Manda cortar el puente de junto á Ginebra. Cuando los Helvecios su-


  1. Esto es, dos años antes que los Helveclos sallesen de su patria.