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LIBRO SEXTO

I. Recelándose César por varios indicios de mayor revolución en la Galia, trata de reclutar nuevas tropas por medio de sus legados Marco Silano, Cayo Antistio Regino y Tito Sextio; pide asimismo al procónsul Cneo Pompeyo, pues que por negocios de la república se hallaba mandando cerca de Roma (1), ordenase a los soldados que en la Galia Cisalpina había alistado mediante juramento (2) siendo cónsul, acudiesen a sus banderas y viniesen a juntarse con él, juzgando importar mucho, aun para en adelante, que la Galia entendiese ser tanto el poder de Italia, que si alguna pérdida padecía en la guerra, no sólo era capaz de resarcirla presto, sino también de sobreponerse a ella. En efecto, satisfaciendo Pompeyo a la petición de César como celoso del bien público y buen amigo, llenando su comisión prontamente los legados, completas tres legiones y conducidas antes de acabarse el invierno, doblado el nú(1) No podía entrar en ella, según el fuero remano, por estar nombrado procónsul de las Españas.

(2) Se refiere al segundo consulado de Pompeyo en 699-55.