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Promete grandes premios al que le mate, y destaca parte de la legión para sostener a la caballería. La fortuna favorece la traza de Labieno, pues yendo todos tras de solo Induciomaro, preso al vadear un río[1], es muerto, y su cabeza traída en triunfo a los reales. La caballería de vuelta persigue y mata a cuantos puede. Con esta noticia, todas las tropas armadas de Eburones y Nervios se disipan, y después de este suceso logró César tener más sosegada la Galia.
- ↑ Es el Mosa, que separa los Trevirenses de los Remenses, donde invernaba Labieno.