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sangre derramada, so tenían fuertes, y, pasada gran parte del día, peleando sin cesar del amanecer hasta las dos de la tarde, no cometían la menor vileza. En esto, con un venablo atravesaron de parte a parte ambos muslos de Tito Balvencio, varón esforzado y de gran cuenta. que desde el año antecedente mandaba la primera centuria. Quinto Lucanio, centurión del mismo grado, combatiendo valerosamente, por ir a socorrer a su hijo, rodeado de los enemigos, cae muerto. El legado Lucio Cota, mientras ya corriendo las líneas y exhortando a los soldados, recibe en la cara una pedrada de honda.

XXXVI. Aterrado con estas desgracias, Quinto Titurio, como divisase a lo lejos a Amblórix, que andaba animando a los suyos, envíale su intérprete, I'neo Pompeyo, a suplicarle les perdone las vidas.

El respondió a la súplica: "Que si quería conferenciar consigo, bien podía; cuanto a la vida de los soldados, esperaba que se podría recabar de su gente; tocaute al mismo Titurio, empeñaba su palabra que no se le haría daño ninguno." Titurio lo comunica con Cota herido, diciendo: "Que si tiene por bien salir del combate y abocarse con Ambiorix, hay esperanza de poder salvar sus vidas y las de los soldados." Cola dice que de ningún modo irá al enemigo mientras le vea con las armas en la mano, y ciérrase en ello.

XXXVII, Sabino, vuelto a los tribunos circunstantes y a los primeros centuriones, manda que le sigan, y llegando cerca de Ambiorix, intimándole rendir las armas, obedece, ordenando a los suyos que BANCO DLA BIBLIOTECA LUIS-ANSEL ABANOU