manos, que moran a la otra parte del Rhin, con quienes traen continua guerra. Esta es también la causa por qué los Helvecios se aventajan en valor á los otros[1] Galos, pues casi todos los días vienen a las manos con los Germanos, ya cubriendo sus propias fronteras, ya invadiendo las ajenas. La parte que hemos dicho ocupan los Galos comienza del río Ródano; confina con el Garona, el Océano y el país de los Belgas; por el de los Sequanos y Helvecios toca en el Rhin, inclinándose al Norte. Los Belgas toman su principio de los últimos límites de la Galia, dilatándose hasta el Bajo Rhin, mirando al Septentrión y al Oriente. La Aquitania, entre Poniente y. Norte por el río Garona, se extiende hasta los montes Pirineos y aquella parte del Océano que baña la España.
II. Entre los Helvecios fué, sin disputa, el más noble y el más rico Orgetórige. Este, siendo cónsules[2] Marco Mesala y Marco Pisón, llevado de la ambición de reinar, ganó a la nobleza y persuadió al pueblo a salir de su patria con todo lo que tenían, diciendo que les era muy fácil, por la ventaja que hacían á todos en fuerzas, señorearse de toda la Galia. Poco le costó persuadírselo, porque los Helvecios, por su situación, están cerrados por todas par-