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taban la primacía Induciomaro y Cingetórige, de los cuales el segundo, al punto que supo la venida de César y de las legiones, fué a presentársele, asegurando que así él como los suyos guardarían lealtad, ni se apartarían de la amistad del pueblo romano, y le dio cuenta de lo que pasaba en Tréveris. Mas Induciomaro empezó a reunir gente de a pie y de a caballo y a disponerse para la guerra, después de haber puesto en cobro a los que por su edad no eran para ella en la selva Ardena, que desde el Rhin, con grandes bosques, atraviesa por el territorio trevirense hasta terminar en el de Rems. Con todo eso, después que algunos de los más principales ciudadanos, no menos movidos de la familiaridad con Cingetorige que intimidados con la entrada de nuestro ejército, fueron a César y empezaron a tratar de sus intereses particulares, ya que no podían mirar por los de la república, Induciomaro, temiendo quedarse solo, despacha embajadores a César, re presentando "no haber querido separarse de los suyos por ir a visitarle, con la mira de mantener mejor al pueblo en su deber, y que no se desmandase por falta de consejo en ausencia de toda la nobleza; que, en efecto, el pueblo estaba a su disposición, y que él mismo en persona, si César se lo permitía, iría luego a ponerse en sus manos con todas sus cosas y las del Estado".

IV. César, si bien penetraba el motivo de este lenguaje y de la mudanza de su primer propósito, comoquiera, por no gastar en Tréveris el verano, hechos ya todos los preparativos para la expedición COMENTARIOS. TOMO I.