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equinoccio (1), no le parecfa cordura exponerse con navíos estropeados a nagevar en invierno. Por tanto, aprovechándose del buen tiempo, levó poco después de media noche, y arribó con todas las naves al continente. Solas dos de carga no pudieron tomar el mismo puerto, sino que fueron llevadas un poco más abajo por el viento.

XXXVII. Cuando ya habían desembarcado cerca de trescientos soldados y se encaminaban a los reales, los Morinos, a quienes César dejó en paz en su partida a Bretaña, codiciosos del pillaje, los cercaron, no muchos al principio, intimándoles que rindiesen las armas si querían salvar las vidas; mas como los nuestros, formados en círculo (2), hiciesen resistencia, luego a las voces acudieron al pie de seis mil hombres. César al primer aviso destacó toda la caballería al socorro de los suyos. Los nuestros entretanto aguantaron la carga de los enemigos, y por más de cuatro horas combatieron valerosisimamente, matando a muchos y recibiendo pocas heridas. Pero después que se dejó ver nuestra caballería, arrojando los enemigos sus armas, volvieron las espaldas y se hizo en ellos gran carnicería.

XXXVIII. César al día siguiente envió al legado Tito Labieno con las legiones que acababan de llegar de la Bretaña contra los Morinos rebeldes. Es(1) Es el de otoño, y, por consiguiente, el invierno, que comienza presto en el Norte.

(2) Esto es, abroquelados a ia redonda o en rueda y haciendo frente por todos lados al enemigo.