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teros y Usipetes, que alojaban consigo, cargando con todas sus cosas, desamparadas sus tierras, se habían guarecido en los desiertos y bosques.

XIX. César, habiéndose detenido aquí algunos días en quemar todas las aldeas y caserías y segar las mieses, retiróse a la comarca de los Ubios, y ofreciéndoles su ayuda si los Suevos continuasen sus extorsiones, vino a entender que éstos, apenas se certificaron por sus espías que se iba fabricando el puente, habido según costumbre su consejo, despacharon mensajeros por todas partes, avisando que abandonasen sus pueblos, y poniendo a recaudo en los bosques sus hijos, mujeres y haciendas, todos los de armas llevar acudiesen a un mismo sitio: el señalado era como el centro de las regiones ocupadas por los Suevos, que allí esperaban la venida de los Romanos, resueltos á no pelear en otra parte. Con estas noticias, viendo César finalizadas todas las cosas que le movieron al pasaje del ejército, y fueron meter miedo a los Germanos, vengarse de los Sucambros y librar de la opresión a los Ubios, gastados solos diez y ocho días al otro lado del Rhin, pareciéndole haberse granjeado bastante reputación (1) y provecho, dió la vuelta a la Galia y deshizo el puente.

XX. Al fin ya del estío, aunque en aquellas partes se adelanta el invierno por caer toda la Galia (1) En efecto, si se lee a Plutarco, se verá cuánta gloria mereció a César la construcción del puente y haber pasado por él con su ejército.

COMENTARIOS. TOMO I.

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