La Fortaleza resiste,
Y si el contrario desmaya
En esto solo consiste.
Esta gente me contenta.
No zagales descuidados.
¿Qué buscáis, hombres honrados?
Venimos á dar la cuenta
Al Señor, de estos ganados.
¿Cómo os llaman, padre honrado?
Recato, por vida mia.
Yo me llamo el Alegría.
Yo soy el pastor Cuidado.
Toda es gente de valía.
A ver las bodas venimos.
De casa son los pastores.
Entra, señora y señores,
Que la entrada no se impide
A tan buenos servidores.
Espantado me tiene, señora Vanagloria, y no diera crédito á las propriedades de tus antojos, si no tuviera de ti el buen concepto que tengo.
Digote de verdad, que cualquiera que se los pone se les representan mil ilusiones, creyendo lo que no es, mediante que alguno lo incite.
Dime, ¿qué oficial labró esos antojos?
El gran artífice Amor Proprio, en el horno de la Ambicion, que es más ardiente que el del vidrio.
¿De qué les puso las lumbres? si así se pueden llamar.
La una es presuncion vana, y la otra deseo de valer.
¿En qué metal están engastados?
En el oro del vano contentamiento, y por esto casi todos los cudician.
Oh! Cuántos en el mundo traen estos antojos, y cómo se les representan las cosas al contrario de lo que son, y en esto consiste nuestra ignorancia.
Dónde no hacen mis antojos maravillas, en público ni en secreto; y en las celdas y lugares mas escondidos, obran sus costumbres y acostumbrados efetos.