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COLOQUIO TERCERO


A la consagracion del Dotor Don Pedro Moya de Contreras, primer Inquisidor desta Nueva España, y Arzobispo desta Santa Iglesia Mexicana. Trata del desposorio que entre ella y él contrajeron ese dia.


PRIMERA JORNADA.


Entran en ella: Adulacion y Vanagloria, Concierto y Diligencia.


Vanagloria.

¡Válgame Dios y Santa María, y cuantos santos hay en el Rezado viejo y nuevo! que por echar el pié derecho adelante al salir de casa, creo que eché el izquierdo. Dígolo, porque las viejas abusioneras tienen creido que es pronóstico para que suceda algún suceso malo; mas creo en Dios, y no en semejantes viejas, ¿Quién es la que viene rebozada?

Adulacion.

Bien será templar la guitarrilla y echarle algun par de coplas de repente, y con ellas pedirle mucho, porque por lo menos dé para almorzar, ó para beber un cuartillo de lo bueno.

Canta la Adulacion:

¡Oh! qué dama tan hermosa,
Linda sobre maravilla;
Si me diese la faldilla
No le faltarria cosa.
Vuelva, descubra la cara
Más relumbrante que el sol,
Que sin pieza de arrebol
Es de suyo roja y clara.
Ella debe de ser diosa
Y muy preciosa;
Quién mereciera servilla;
Si me diese la faldilla
No le faltaría cosa.

Vanagloria.

Todos somos del oficio, caballero, y con otra tope que más gane.

Adulacion.

¡Oh mi señora Vanagloria! ¿Con quién pudiera yo topar, que más rico de contento me hiciera?

Vanagloria.
Adulacion, no conmigo tantas ofertas: ¿ya no sabes que no es otro mi caudal? No presumas hurtar á quien como yo de ordinario cuece y amasa.