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Introduccion.

vente, señor del pueblo natal del padre, y á quien este dedicó su, Historia de los Indios de Nueva España. Si los demás escritores hubieran puesto igual cuidado en trasmitirnos la relacion circunstanciada de las fiestas de otras partes, tendríamos hoy gran copia de datos para escribir la historia de las representaciones sacras en México. Mas no fué así, pues por lo comun se contentaron con la mencion general de ellas. Algo se encuentra, sin embargo; y esto poco se aumentaria, sin duda, con un detenido exámen de nuestras inestimables crónicas monásticas.

No en los pueblos solamente, sino también en la capital México, hacian los indios sus representaciones de asuntos sagrados. Fué muy célebre la del Auto del Juicio final, compuesto en lengua mexicana por el gran misionero Fr. Andrés de Olmos, y representado en la capilla de S. José de Naturales[1], á presencia del virey D. Antonio de Mendoza, del obispo D. Fr. Juan de Zumárraga, y de un gran concurso de gente, así de la ciudad como de la comarca. Causó grande edificacion a todos, indios y españoles, «para darse á la virtud y dejar el mal vivir, y á muchas mujeres erradas, para, movidas de temor y compungidas, convertirse á Dios.» La mayor parte de los españoles quedarian ayunos, por no entender la lengua, y de seguro así sucedió al virey y al obispo. No se asigna fecha á esta fiesta; mas como Mendoza llegó en 1535 y el Sr. Zumárraga murió en 1548, hubo de verificarse forzosamente en uno de los años intermedios.

En la Historia de Dávila Padilla[2] encuentro mencionadas las fiestas hechas por los dominicos en Etla, pueblo de Oajaca, el año de 1575, que terminaron, por cierto, trágicamente. Era entonces guardian de aquel convento el P. Fr. Alonso de la Anunciacion, y dispuso para el dia del Corpus una representación de la Sagrada Escritura «que sirviese para declaracion del misterio,» por ser «cosa muy acomodada al natural de los indios, representarles con estas cosas exteriores las que profesan en la fe.» Fuera del patio de la glesia, á la parte de oriente, hicieron de prisa un corredor ó soportal, para que sirviese de abrigo al Santísimo Sacramento, durante la representacion del auto. Salió la procesión con la pompa acostumbrada, llevando la Custodia Fr. Alonso, y cuando llegó al cor-

  1. Mendieta, Historia Eclesiástica Indiana, lib. V, pte. I, cap. 34,—Betancurt, Menologio, 8 de Agosto, y cap. de los Varones ilustres.—Clavijero, Storia Antica del Messico, lib. VII. Éste último dice que el auto fué representado en la iglesia de Tlatelolco
  2. Lib. II, cap. 48. Tambien Burgoa, Geográfica descripcion, cap. 40.