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312 Notas. el verbo castellano engañaros (vuelco el ff os j» en « oz,» por carecer de / el idioma mexicano). El sencido de los dos versos parece, pues, ser esce : c No, no quiero en manera alguna engañaros,» como si Eva hablara con el Señor, rehusando comecer el pecado á que la inducia la serpience. — Doy con desconfianza esca explicación, por lo muy poco que alcanzo del mexi- cano, aunque la confirma ocra persona más encendida que yo, con quien la he cón- sul Cad o. 199. P&g. 270,00!. I. — «Ensalada del Ga- chopin.» En tiempo del P. Eslava no tenia esta palabra la significación ofensiva qu^ se le atribuyó después. Servia para designar (coxno la de Chapetón en la América del Sur) á los españoles transeúntes 6 nuevos en la tierra. Se ha buscado su etimología en la lengua mexicana: podrá ser que de allá venga ; pero es cierto que la usaban los es- pañoles avecindados aquí, y aun se en- cuentra en documentos oficiales. Puede verse una curiosa indagación acerca de esto, en las Noiicias históricas y estadísti- cas de DurangOf por D. J. F. Ramírez (pág. 78, nota), reproducida en el Diccio- nario Universal de Historia y de Geogra- fía (tom. IX, pág. 378), con adiciones del Sr. Orozco y Berra. Estas Ensaladas del P. Eslava parecen hechas para ser cantadas en los Maitines de las grandes fescividades, como era eos- cumbre enconces, y lo confirman los si- guientes versos de la Ensalada de las Adi- vinanzaSf que sin duda corresponde á la noche de Navidad: «Generosa compañía, «Al qué es, qué es y qué juguemos, «Poique todos nos holgaemos, « Pues es noche de alegría. « G)menzá, « Si quisierdes pregunta, «Que todos estos señores, tuAíonacillosy cantores «Cada cual responderá. , La costumbre duró mucho tiempo: en las obras de Sor Juana Inés de la Cruz hay una mulcicud de Villancicos para cantar en los Maitines. 200. Pág. 270, col. 2. «Darte gervilla naranjada. Debiera decir darte he, «Servillas es un calzado deunuzapt- tillas de una suela, muy á propósito para las mozas de servicio: y asi tomaron el nombre de siervas ó de las que sirven, porque las demás que no han de andar con tanta desenvoltura, traen chapines, zuecos, chinelas y mulillas : las mozas, zapatos ó servillas *ii (Covarrvb., Tesoro,) 201. Pág, 273, col. I. «Y también lo que dais vos.tf Hay aquí una errata : léase lo quedáis vos, 202. Pág. 276, col. I . u Como águila que está en vela.» Equivocóse el autor, diciendo ¿guiU por grulla. A esta última es á la que se atribuye la propiedad de velar con un gui- jarro en la pata. «Tienen de noche esca- chas y centinelas, las cuales sustentan con un pié una piedra, para que si con el sue- fio la aflojan y se cae, muestren su indili- gencia.» ( Plinio, Hist. Nat.^Vxh, X., cap. 23, trad. de Huerta.) Véase la pág. 231, col.' 2. 203. Pág. 285, col. I. «Las guardas del norte son.» Guardas del Nortí llanuibatt á dos estrellas de la constelación de la Osa me- nor, por las cuales se reglan las gentes del campo para conocer las horas de la noche. 204. Pág. 286, col. 2. ff Pareció en Jesús María.» £1 convento de religiosas de Jesús Ma- ría celebraba, y celebró hasta su extin- ción, la fiesta del Nifio perdido, como ti- tular.