48 Coloquio ^erceroy á la consagración del Dotor Adulación. Los demonios no sanan tan presto como nosotros* Fanagloria. A la puerta estamos; aquí son las bodas; ningún ruido ha7. Adulación. Mas si están comiendo^ en vano habría- mos hecho la jornada, porque allí habla- mos de mostrar nuestra habilidad. Vanagloria. Llega» tienta la puerta. Adulación. Tan juntas están, que el subtilí simo vien- to no hay por donde respire. Vanagloria. ¿Es pusible? Cosa maravillosa es: no digo yo el aire natural, pero el mió, que lo excede en subtileza, no siento como pue- de entrar.- Adulación. ¿Quieres que rompa las puertas, 6 que derribe la casa sobre los que están dentro ? Vanagloria. No habernos de entrar con manos vio- lentas, sino con amorosos halagos. Adulación.
Ha, de casa ! caballeros, hola, hola !
Fortaleza. ¿Quién da tales golpes, que inquiétala morada? Prudencia, no sé quién llama. Prudencia. Carísima Fortaleza, pregunta qué quie- ren. Fortaleza. ¿ Qué es lo que mandan, caballeros ? Vanagloria. No mandamos, sino suplicamos se nos conceda lo que á todos, que es la entrada. Prudencia. ¿Quién sois? porque no podréis entrar sin que lo sepamos. Adulación. Gente somos de pasatiempo. Fortaleza. No se admiten en estas bodas gentes que se les pase el tiempo, 6 ya que »c les haya pasado, han de venir á cobrar lo per- dido. Vanagloria, ¿Quién podrá tener al tiempo, que cor- re como desbocado caballo? Prudencia. £1 freno fortisimo Buen vivir le hace parar en el fin que se desea. Adulación. Abran nos, graciosísimas doncellas, que hace gran sol, y tal que nos fatiga los co- razones. Prudencia. ¡üh, mi querida Fortaleza! Estos son los enemigos, lobos disfrazados. Adulación y Vanagloria. Fortaleza. ¡Alarma! ¡Alarma! Vela, vela. Hao, hao. Canción. Vele, vele, la memoria, Virtudes al escuadrón, Que viene la Vacnagloria Y el truhán Adulación. Pues que es batalla en la tierra La vida de los cristianos. Buenas obras en las manos Son armas para tal guerra. Podrán salir con vitoria Por Cristo y por su Pasión, Aunque venga Vanagloria V el truhán Adulación. MiliHa est super terram vita hominis. Vanagloria. Sentidos somos, Aduladon : ¿ dónde vas huyendo ? Adulación. ¿Qué quieres que haga? Pese i la ge- neración de Mahoma, que esto no es huir, que antes iba aguardando si sallan esas mu- jercillas, y séte decir, que querría más reñir con seis valientes hombres, qae con sola una mujer. Fe. ¡Oh malditos escorpiones! ¿qué bus- cáis en estas divinas bodas ?