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Coleccion de apologistas

invierno, conservan el principio de su futura resurrecion y así como no se debe esperar que reverdezcan los árboles en invierno, del mismo modo para la resurreccion de los cuerpos debemos esperar á la primavera, esto es, al fin del invierno de esta vida.

No ignoro, que los hombres, por la mayor parte, quando se ven oprimidos de los gritos vengadores de la conciencia, desean ser aniquilados despues de su muerte; pero lo desean mas bien que lo creen; es decir, que quieren primero morir absolutamente y para siempre, que ser conservados para sufrir. La impunidad durante esta vida, la longanimidad de Dios, cuyos juicios son tanto mas justos, quanto son mas tardios, contribuyen á mantenerlos en una ilusion, que los lisonjea. Sin embargo, así los Filósofos, como los Poetas les advierten á los malos los suplicios, que les están destinados; y nos hacen una horrible descripcion de aquel torrente de fuego, de aquella laguna Estigia, que con sus infectas aguas da nueve vueltas al rededor del Tártaro....

Los suplicios de los malos no tienen medida ni fin. El fuego, como si estuviera dotado de inteligencia, mantiene sus cuerpos al mismo tiempos que los consume, los devora y los alimenta á un tiempo: semejante al rayo, que mata sin destruir, ó á aquellos volcanes, que siempre arden sin consumirse. Solamente los impios pueden