pecados fuéron el origen de todos sus desastres; que todo quanto les ha sucedido, les habia sido predicho ; que ellos abandonáron á Dios antes que Dios los abandonase, y que no fueron hechos prisioneros con su Dios, como decis los impíos; · sino que su mismo Dios los entregó, como desertores de su Ley, á discrecion de sus enemigos.
En quanto al incendio universal, que con el tiempo ha de consumir al mundo, solamente el vulgo puede tenerlo esto por extraño. ¿Qué Filósofo hay que no sepa, que todo lo que ha tenido principio ha de tener fin; y que ha de llegar dia, en que sea destruido el cielo juntamente con todos los astros, de que está sembrado?
Despues de haber referido la opinion de los Estóycos, de los Epicuréos y de Platón, acerca del incendio y de la destruccion del mundo; ya ves, continúa Octavio, que vuestros Filósofos dicen lo mismo que nosotros; no porque nosotros hayamos seguido sus huellas, sino porque ellos han tomado de nuestros Profetas estas verdades, aunque las han corrompido, y no nos presentan sino una vana sombra. Lo mismo han hecho algunos Sábios de aquellos, como Pitágoras y Platón, con el dogma de la resurreccion, que nos enseñan en sus escritos; porque pretenden, que las almas despues de la muerte subsisten eternamente y pasan de contínuo á nuevos cuerpos.
Y para mas desfigurar la verdad, se han imaginado, que estas almas van á animar los cuer-