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algodon, por Pedro Rosel,[1] factor de Erasmo Schitzen de Amberes, que residia en San Vicente, y la enviaba á Juan Hulsen, morador de Lisboa, de quien tambien era factor.

Recibióme con mucho amor y honra Rosel: solicitó que me recibiesen en la nave, rogando á los marineros que me tratasen como á su recomendado: lo cual hicieron fielmente.

Once dias mas nos detuvimos en San Vicente, en los cuales nos proveimos de todo lo necesario para la navegacion. Hay desde la Asumpcion á San Vicente en Brasil, 376 leguas, que anduvimos en seis meses.

Salimos de San Vicente, dia de San Juan Bautista, de 1553, y á los catorce dias de mar, agitados de continuas borrascas y vientos contrarios, roto el árbol de la nave, ignorando donde estabamos, entramos en el puerto del Espíritu Santo en el Brasil, poblado de cristianos, que con sus hijos y mugeres labran azucar. Hay algodon, grandes y muchos palos del Brasil y otras mercaderias.

En este mar, especialmente entre Sancti Espiritus y San Vicente, y mas que en todos, hay grandes ballenas[2] y pescados, tan grandes como ellas, que muchas veces hacen gran daño, porque cuando los marineros pasan en los esquifes de una nave á otra, suelen venir las ballenas como rebaño á pelear entre sí, y vuelcan los navichuelos, pereciendo la gente. Siempre están arrojando agua; y cada vez tanta, como media cuba francesa, porque meten la cabeza debajo del agua y vuelven á sacarla al instante, arrojándola, como se ha dicho. El que no hubiese visto esto nunca, pensaria que navega un monton de peñascos.


  1. La gente de esta nave era inicua, pues habiendo llegado á ella nadando Juan Stadio, huyendo de los indios Tupís que le tenian cautivo, no quisieron recibirle por no desazonarlos, y le dejaron en su esclavitud; como refiere él mismo en su Historia del Brasil, lib. 2, cap. 53, fol. 97.
  2. Hay tantas ballenas, que el Rey D. Alonso, el VI de Portugal, el año de 1662 tenia arrendado por tres años su pesca en 43,000 cruzados. Vasconcelos, lib. 2, núm. 97, fol. 172.