lón, luego que lo descubrió, para engolosinar al mundo con este nombre; y que se distinguieron después por Occidentales, para diferenciarlas de las Orientales ó verdaderas Indias que descubrieron los portugueses. «Poca razón tuvo Américo Vespucio, agrega, en ponerles á estas tierras su nombre, pues es contra la autoridad de la grandeza de España que un hombre tan ordinario y extraño de sus reinos, y sin haber hecho cosa de consideración en los descubrimientos y conquistas dellas, se haya atrevido á intitularlas con su nombre; cosa tan absurda no sólo á las orejas y entendimiento de los que han conquistado á este Nuevo Mundo, derramando su sangre en sus descubrimientos y pacificaciones, sino aun á los que se han hallado muy lejos de esto, y con mediano cuidado advierten en la imposición tan contrapelo de este nombre América puesto á estas Indias.»
Idéntico criterio se advierte en un Códice de la Biblioteca Nacional titulado Décadas abreviadas de los descubrimientos de las Indias y escrito por los años de 1640, en que termina. Hablando de Vespucio, escribe:
«De aquí principalmente tomaron estas Indias el nombre de América, contra el cual hubo declaración en el Consejo Real; porque Américo Vespucio no fué su descubridor ni conquistador, ni aun de Tierra-firme, la cual