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Y LA HISTORIA PÓSTUMA

mentando las acusaciones, dice Navarrete (Colecc. de Viajes. Introducción, pág. lxxxvi): «Tales son algunas pinceladas con que retrata Casas la conducta humana, prudente y desinteresada de Colón, pintura que podrá ser exagerada, pero no inventada ni falsa, estando conforme con la que hicieron otros escritores coetáneos, de donde la tomaron Solórzano, en su Política indiana; Nuix, en sus Reflexiones imparciales; y lo que es más, acorde también con varias disposiciones y rasgos del Almirante, que podrán advertirse en los documentos que se publican... ¡Y qué! ¿menguará por esto la gloria del gran Colón como descubridor de un Nuevo Mundo? No por cierto; sus defectos fueron propios de la condición y fragilidad humana, adquiridos tal vez en su educación, en su carrera y en su país, donde el tráfico y la navegación formaban el principal ramo de la riqueza pública y privada. Alejandro, dominado de la cólera y después de la superstición; Alcibiades, lleno de admirables prendas y de infames vicios; César, reuniendo á cualidades eminentes una ambición desordenada por el mando universal, que era su ídolo, según la expresión de Cicerón, no dejan de presentarse en las plumas de Plutarco y de Cornelio Nepote, como hombres dignos de ser admirados por todos los siglos. Pero si la verdad obligó á estos