tado, con tono chocarrero, si tuvimos correspondencia epistolar con Cristóbal Colón, como Angleria; si le seguimos paso á paso en los viajes, como Las Casas, ó si al menos lo conocimos y tratamos familiarmente, como Fernández de Oviedo.
»Mucho sentimos vernos en la necesidad de enseñar á los académicos españoles, que si bien tuvo Las Casas en sus manos el Diario de navegación de Colón y otros papeles del Virrey de las Indias, no siguió nunca al Almirante del Océano por mar ni por tierra; no se embarcó jamás con él, y no pudo por consiguiente formar parte en ninguna de sus expediciones.
»Para completar la lección hemos de enseñar también á esos soberbios académicos, que Gonzalo Fernández de Oviedo no tuvo el honor de relación alguna familiar con el Virrey de las Indias. Podría, en su calidad de paje del rey Fernando, verle á menudo en la corte; contemplarle con admiración en la entrada triunfal de Barcelona; pero entre un simple paje y el Vencedor de la mar tenebrosa, no cabía ninguna especie de relación.193 Los pergaminos, los títulos y privilegios del Almirante que Oviedo vio, le fueron mostrados