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carlos r. darwin.

merosas afinidades con los Peces, ó más bien, segun Huxley, con los Anfibios. Esta última clase (cuya division más elevada la constituyen las ranas y los sapos) es evidentemente afine de los peces Gamoideos. Estos peces, que han vivido durante los primeros períodos geológicos, estaban construidos con arreglo á un tipo altamente generalizado, esto es, presentando diversas afinidades con otros grupos orgánicos. Del propio modo, los Anfibios y los Peces están tan íntimamente enlazados por el Lepidosirena, que los naturalistas han debatido largo tiempo la cuestion de saber en cuál de las dos clases debia colocarse este animal. El Lepidosirena, y algunos peces Gamoideos se han librado de una extincion total, gracias á la circunstancia de habitar nuestros rios, que son verdaderos puertos de refugio, y desempeñan el mismo papel, relativamente á las aguas del Océano, que las islas respecto de los continentes.

Por último, un miembro único de la clase tan extendida y tan diversa por sus formas de los Peces, el Anfioxo, difiere de tal modo de los animales de este orden que, segun Haeckel, deberia constituir una clase distinta en el reino de los Vertebrados. Este pez es notable por sus caracteres negativos, y á duras penas puede afirmarse que tiene un cerebro, una columna vertebral, un corazon, etc.; tanto es así que los antiguos naturalistas le clasificaban entre los gusanos. Hace ya muchos años que el profesor Goodsir reconoció que habia afinidades entre el Anfioxo y los Ascidios, que son formas marinas invertebradas, hermafroditas, y que apenas parecen animales, dado que sólo consisten en un simple saco, adherido de un modo permanente á una base, y provisto de dos pequeños orificios salientes. Pertenecen á los Moluscoideos de Huxley, division inferior del gran reino de los Molus-