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cap.
darwin: viaje del «beagle»

todas las grandes áreas de sumersión, coloreadas de azul pálido u obscuro; pero no menos llama la atención la coincidencia de las principales cadenas volcánicas con las partes coloreadas de rojo, que, según mis conclusiones, o han permanecido estacionadas por largo tiempo, o, más generalmente, se han elevado en época no remota. Aunque unas cuantas manchas de bermellón aparezcan a no mucha distancia de círculos aislados teñidos de azul, sin embargo, ni un solo volcán activo está situado a menos de varios centenares de millas de un archipiélago o pequeño grupo de atolls. Por lo mismo, es un caso sorprendente y excepcional el del Archipiélago de los Amigos, que consiste en un grupo de atolls, primero emergidos y después desgastados en parte, en el que se sabe que han estado en actividad dos volcanes y acaso más. De otro lado, aunque la mayor parte de las islas del Pacífico que están cercadas por arrecifes-barrera son de origen volcánico y pueden distinguirse a menudo los restos de cráteres, no se tiene noticia de que ninguno haya estado en erupción. En estos casos podría deducirse, al parecer, que los volcanes entran en actividad y se extinguen en unos mismos lugares, según que prevalezcan en ellos los movimientos elevatorios o de sumersión. Hechos innumerables podrían aducirse para probar que los restos orgánicos emersos a ciertas alturas abundan dondequiera que hay volcanes activos; pero hasta que pueda demostrarse que en áreas de sumersión o no existen volcanes o están extinguidos, la conclusión de que se hallen distribuidos en la superficie terrestre según las zonas de elevación o depresión, aunque probable en sí misma, sería aventurada. Sin embargo, en vista de lo expuesto, creo que podemos admitir de buen grado esta deducción tan importante.

Echando una mirada final al mapa, y teniendo presentes las afirmaciones hechas respecto a los restos