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cap.
darwin: viaje del «beagle»

atolls Nillandoo), que es imposible contemplarlos en el mapa sin sentirse arrastrado a creer que en otro tiempo estuvieron íntimamente unidos. Y en este mismo archipiélago, el atoll Mahlos-Mahdoo está dividido por un canal bifurcado de 100 a 132 brazas de profundidad, de tal modo, que apenas puede decirse si, en todo rigor, debería considerarse como un grupo de tres atolls separados o como un gran atoll aun no del todo dividido.

No descenderé a dar muchos más detalles; pero debo observar que la curiosa estructura de los atolls de las Maldivas septentrionales (teniendo en consideración la libre entrada del mar por sus rotas márgenes) se explica de un modo sencillo por el crecimiento exterior y ascendente de los corales, originariamente apoyados ambos sobre pequeños arrecifes separados en sus lagunas, como sucede en los atolls comunes, y las porciones rotas del arrecife marginal lineal, como el que limita todos los atolls de forma ordinaria. No puedo abstenerme de insistir una vez más sobre la singularidad de estas complejas estructuras, cuyo aspecto general es como sigue: un gran disco arenoso y generalmente cóncavo emerge abruptamente del insondable océano, presentando su superficie interior salpicada y su contorno simétricamente bordado con cuencas ovales de roca de coral; estos recintos se levantan apenas sobre la superficie del agua y a veces están vestidos de vegetación, y ¡contiene cada uno un lago de agua clara!

Un pormenor más: como en dos archipiélagos coralinos próximos se da el caso de florecer los corales en uno y no en el otro, y como las numerosas circunstancias antes enumeradas deben afectar su existencia, sería un hecho inexplicable que durante los cambios a que tierra, aire y agua están sujetos los corales constructores de arrecifes de coral permanecieran vivos perpetuamente en un sitio o área determinados.