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islas keeling

de tierra baja y la quietud del agua verde brillante del interior de la laguna, apenas pueden imaginarse sin haberlos visto.

Los primeros navegantes se figuraron que los pólipos constructores de arrecifes coralinos les daban instintivamente la forma de grandes círculos, para refugiarse en los recintos interiores; pero tan lejos está de ser así, que los corales macizos, de cuyo crecimiento

Un atoll, según Beechey.

en la parte exterior, expuesta al mar, depende la existencia misma del arrecife, no pueden vivir dentro de la laguna, donde prosperan otras especies de ramas delicadas. Aparte esto, según ese modo de ver hay que suponer que se combinan para el mismo fin muchas especies de distintos géneros y familias, y de semejante combinación no puede hallarse un solo ejemplo en toda la Naturaleza. La teoría que ha sido más generalmente admitida es la de que los atolls tienen por base cráteres submarinos; pero cuando se considera la forma y tamaño de algunos de ellos y el número, la proximidad y las posiciones relativas de otros, esta idea deja de parecer aceptable; así, por ejemplo, el atoll de Suadiva mide 44 millas geográficas de diámetro en