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cap.
darwin: viaje del «beagle»

los 20° 12' de latitud, en la costa del Perú [1]. La ciudad tiene unos 1.000 habitantes, y se levanta sobre una pequeña llanura arenosa, al pie de una gran muralla de roca, de 2.000 pies de altura, que forma aquí la costa. El territorio, en general, está desierto. Un ligero chubasco cae sólo una vez en muchos años, y los barrancos se llenan, como es natural, de detritus, mientras las laderas se cubren de montones de fina arena blanca hasta la altura de 1.000 pies. Durante esta parte del año, sobre el murallón de rocas de la costa, se tiende casi constantemente un denso banco de nubes. El aspecto del lugar era en extremo sombrío; el pequeño puerto, con sus contados barcos y reducido grupo de pobres casas, parecía abatido y fuera de toda proporción con el resto del paisaje [2].

Los habitantes viven como los pasajeros a bordo de un barco; todos los víveres les llegan de sitios distantes: el agua se lleva en botes desde Pisagua, que está unas 40 millas al Norte, y se vende a nueve reales la barrica de 18 galones. Una botella de vino me costó tres peniques. Asimismo se importa la leña y, por supuesto, los artículos alimenticios de todas clases. Pocos son los animales que pueden vivir en tal lugar. A la mañana siguiente alquilé con dificultad, por cuatro libras esterlinas, dos mulas y un guía, que me llevaran a las explotaciones de nitrato de sosa [3]. Estas


  1. Hoy de Chile, en virtud del Tratado de Ancón.—Nota del traductor.
  2. Hoy es una ciudad de 45.000 habitantes, capital del departamento y provincia de Tarapacá, y puerto importante.—Nota del traductor.
  3. De Atacama a Chile se extienden, a lo largo de la zona desértica, los yacimientos de nitrato de sosa llamados de Taltal, de Aguas Blancas, de Antofagasta, de Tocopilla, de Huanillos y de Tarapacá. Al nitrato en cuestión se le llama también, por razón de su origen, nitrato de Chile. La costra salina se llama caliche y calichero al yacimiento.—Nota de la edic. española.