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chile septentrional y perú

co. He aquí un hecho que me parece notabilísimo porque la explicación generalmente dada por los geólogos sobre la ausencia de depósitos fosilíferos estratificados de un cierto período en cualquier región—es a saber, que las superficies donde tal ocurre eran a la sazón tierra seca—no es aplicable al caso presente, porque no nos consta, por las conchas diseminadas en el exterior y encastradas en arena suelta o tierra vegetal, que las dos costas de Sudamérica, en millares de millas, hayan estado sumergidas recientemente. La explicación ha de buscarse, sin duda, en el hecho de haberse ido elevando lentamente y por largo tiempo toda la parte meridional del continente; de manera que todos los materiales depositados a lo largo de la playa en agua somera deben haber sobresalido muy pronto de ésta, quedando expuestos al desgaste del oleaje. Ahora bien; sabido es que sólo en aguas relativamente superficiales pueden desarrollarse la mayor parte de los seres orgánicos marinos, y en tales aguas es evidentemente imposible que se acumulen estratos de gran espesor. Para patentizar el gran poder de desgaste del oleaje nos basta señalar los enormes farallones que hay a lo largo de la costa actual de Patagonia, y las escarpas de otros antiguos acantilados a diferentes niveles, uno tras otro, en esa misma línea de costa.

La antigua formación terciaria infrayacente de Coquimbo parece ser casi de la misma edad que los varios depósitos existentes en la costa de Chile (de los que el de Navidad es el principal) y que la gran formación de Patagonia. Tanto en Navidad como en Patagonia hay pruebas de que, con posterioridad a la época en que vivían las conchas allí sepultas (cuya lista ha dado el profesor E. Forbes), ha tenido lugar una sumersión de varios centenares de pies, así como una emersión subsiguiente [1]. Puede preguntarse, sin


  1. En la costa de Chile, y descansando sobre los estratos me-


Darwin: Viaje.—T. II.
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