Página:Charles Darwin - Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo - Tomo I.djvu/99

Esta página ha sido corregida
iii
75
maldonado

animalito que puede ser descrito brevemente con decir que es un roedor con hábitos de topo. Hállasele en gran número en algunas partes del país; pero difícilmente se le coge, y nunca, a lo que creo, sale de sus galerías subterráneas. Levanta en la boca de sus madrigueras montoncitos de tierra como los del topo, pero más pequeños. Hay extensiones considerables de terreno tan completamente minadas por estos animales, que los caballos, al andar sobre ellos, se hunden hasta los menudillos. Los tucutucos, hasta cierto punto, parecen ser gregarios; el hombre que me facilitó algunos ejemplares había cogido seis juntos, y me dijo que esto era lo corriente. Son de costumbres nocturnas, y se alimentan principalmente de raíces de plantas, que son el objeto de sus amplias y superficiales galerías. Se los conoce generalmente por un ruido peculiarísimo que hacen cuando están bajo tierra. La persona que lo oye por primera vez se sorprende y alarma, no pudiendo explicarse de dónde viene ni qué clase de animal lo produce. El ruido consiste en un gruñido nasal corto y suave, que se repite en cuatro tiempos en rápida sucesión; el nombre de tucutuco [1] es una imitación onomatopéyica del sonido. En los sitios donde abunda este animal puede vérsele a todas las horas del día, y en ocasiones bajo de los propios pies. Cuando se los tiene en un cuarto, los tucutucos se mueven de un modo lento y torpe, a causa, según parece, del zanquear de sus patas traseras; y como la articulación del muslo carece de cierto ligamento, son absolutamente incapaces de saltar verticalmente a la menor altura. Se muestran sobremane-


  1. En el río Negro, al norte de Patagonia, hay un animal de los mismos hábitos y probablemente de una especie muy afín. Yo no lo he visto. Su ruido se diferencia del de Maldonado en que se repite sólo dos veces en lugar de tres o cuatro, siendo más distinto y sonoro. Al oírlo a distancia, se parece tanto al de cortar un arbolito con un hacha, que a veces he dudado lo que sería.