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mente el olor. Es un asombroso caso de la permanencia de alguna substancia, que se conserva a pesar de ser tan sutil y volátil. Con frecuencia, al pasar a la distancia de 800 metros a sotavento de un rebaño, observé que el aire estaba impregnado con el efluvio. Creo que el olor del macho es más intenso en la época en que tiene enteramente formadas las cuernas o limpias de cuero cabelludo. Entonces no puede comerse su carne; pero los gauchos aseguran que sepultándola por algún tiempo en tierra fresca se quita el olor. He leído no sé dónde que los isleños del norte de Escocia hacen lo mismo con los cadáveres de las aves piscívoras.

El orden de los roedores es aquí muy numeroso en especies; sólo de ratones recogí nada menos que 80 especies diferentes [1]. El mayor roedor del mundo es el Hydrochaerus capybara (puerco de agua), el cual abunda en estas regiones. Uno que maté de un tiro en Montevideo pesó 98 libras; su longitud desde el extremo del hocico hasta la especie de muñón de la cola era de siete decímetros, y la circunferencia algo mayor. Estos grandes roedores frecuentan a veces las islas de la desembocadura del Plata, donde el agua es enteramente salada; pero abundan más en las márgenes de los lagos y ríos de agua dulce. Cerca de Maldonado suele verse de ordinario tres a cuatro juntos. Por el día, o permanecen echados entre las plantas acuáticas o pastan a la descubierta en el llano cubierto de césped [2]. Cuando se los ve a distancia pa-


  1. En Sudamérica reuní 27 especies de ratones, y 30 más se conocen por las obras de Azara y otros autores. Los recogidos por mí han sido clasificados y descritos por Mr. Waterhouse en las reuniones de la Zoological Society. Permítaseme aprovechar esta ocasión para dar cordiales gracias a Mr. Waterhouse y a los demás señores pertenecientes a esa Sociedad por la amable y generosa ayuda que me han prestado en todas ocasiones.
  2. En el estómago y duodeno de un capybara que abrí hallé