Página:Charles Darwin - Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo - Tomo I.djvu/57

Esta página ha sido corregida
ii
33
río de janeiro

tas, que tomaban la forma más fantástica, daban al paisaje un interés que de otro modo no hubiera poseído. Los escasos árboles, achaparrados, aparecían cargados de plantas parásitas, entre las que despertaban suprema admiración la belleza y fragancia deliciosa de algunas orquídeas. Al subir el Sol, el día se hizo extremadamente caluroso, produciendo gran abatimiento la reflexión de la luz y el calor en la blanca arena. Comimos en Mandetiba; el termómetro marcaba a la sombra 29 grados centígrados. La hermosa vista de las lejanas y frondosas montañas, reflejada en la perfecta calma de un extenso lago, nos refrigeró y vigorizó. Como la venda [1] fué excelente y conservo todavía el grato, aunque raro, recuerdo de una magnífica comida, me mostraré agradecido presentando aquí esa hospedería como el prototipo de las de su clase. Con frecuencia son caserones de un solo piso, que es el bajo, y están construidos con machones verticales y ramaje entretejido cubierto de yeso. Nunca se ven en ellos ventanas con cristales, y de ordinario están muy bien techados. Por regla general, la parte del frontis tiene una amplísima entrada, que conduce a una especie de corredor o verandah, en el que se hallan colocadas las mesas y los bancos. Los dormitorios están dispuestos a los lados, y aquí el viajero ha de arreglárselas para dormir como pueda sobre una plataforma de tablas cubiertas por una esterilla. La venda propiamente dicha, donde se albergan los huéspedes, se levanta en medio de un corral, y hace de establo. Al llegar solíamos desenjaezar los caballos y echarles un pienso de maíz, y luego, con una profunda inclinación, rogábamos al senhor, o patrón, que tuviera a bien servirnos de comer. «Lo que usted quiera, señor», solía contestar. En un principio, cuando ignoraba las costumbres del país, más de una vez di gracias a la Providencia por


  1. Venda, nombre portugués de un albergue.


Darwin: Viaje—T. I.
3