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estrecho de magallanes

calor, por muchos grados a lo largo de la costa occidental del continente. Los bosques, en un espacio de 600 millas al norte del cabo de Hornos, tienen un aspecto muy semejante. Como prueba de la uniformidad del clima, aun por 300 ó 400 millas todavía más al Norte, mencionaré el hecho de que en Chiloé (cuya latitud corresponde a las partes septentrionales de España) el melocotonero rara vez produce fruto, mientras las fresas y manzanas alcanzan perfecta madurez. Las mismas cosechas de cebada y trigo [1] se meten a menudo dentro de las casas para que se sequen y granen. En Valdivia (en la misma latitud de 40° de Madrid) maduran las uvas y los higos, pero no son comunes; la aceituna rara vez llega a la sazón, ni siquiera en parte, y la naranja no del todo. Estos frutos, en las latitudes correspondientes de Europa se dan perfectamente, como es sabido, y aun en este continente, en el río Negro, casi bajo del mismo paralelo que Valdivia, se cultivan batatas (Convolvulus), y las uvas, higos, olivas, naranjas, melones y sandías se dan en abundancia. La circunstancia de que el clima húmedo y uniforme de Chiloé, así como el de las costas situadas al nordeste y sudoeste del mismo, sean tan desfavorables a los frutales europeos, no obsta para que la vegetación forestal indígena, desde los 45 a los 38° de latitud, rivalice casi en frondosidad con la exuberante de las regiones intertropicales. Vense árboles magníficos de muchas clases, cuyos troncos lisos y fuertemente matizados están cargados de plantas parásitas monocotiledóneas; abundan los elegantes y altos helechos y las hierbas arborescentes, que se enlazan a los árboles, formando una enmarañada espesura hasta 12 y nueve metros del suelo. Crece la palmera en la latitud de 37°; una hierba


  1. Agüeros, Descrip. Hist. de la Prov. de Chiloé, 1791, página 94.