Página:Charles Darwin - Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo - Tomo I.djvu/250

Esta página ha sido corregida
205
cap.
darwin: viaje del «beagle»

En repetidas ocasiones, estando el barco a varias millas de la desembocadura del Plata, y otras veces cuando nos hallábamos frente a las costas de la Patagonia Septentrional, nos vimos rodeados de insectos. Una tarde, en que sólo nos separaban de la Bahía de San Blas unas 10 millas, una gran nube de mariposas, en bandadas de miriadas incalculables, se extendía hasta donde la vista podía alcanzar. Ni siquiera con ayuda del catalejo fué posible descubrir espacio alguno libre de tales mariposas. Los marineros gritaron que «nevaba mariposas», y así era en apariencia. Había varias especies; pero el mayor número pertenecía a una clase muy parecida, aunque no idéntica, a la que abunda en Inglaterra y lleva el nombre científico de Colias edusa. Algunos microlepidópteros e himenópteros acompañaban a las mariposas, y un hermoso escarabajo (Calosoma) cayó a bordo. Conócense otros casos de haberse cogido este insecto a gran distancia de la costa, siendo especialmente de notar porque la mayor parte de los Carábidos rara vez o nunca vuelan a gran altura. El día había estado hermoso y tranquilo, de igual modo que el anterior, con viento suave y vario. Por lo mismo, no cabe suponer que los insectos fueron arrastrados por el viento desde tierra; antes bien, se debe concluir que emprendieron el vuelo espontáneamente. Las grandes bandadas de Colias parecen a primera vista suministrar un ejemplo como los que se recuerdan de las emigraciones de otra mariposa, Vanessa cardui [1]; pero la presencia de otros insectos hace que el caso sea distinto y menos explicable aún. Antes de ponerse el Sol se levantó una fuerte brisa del Norte, la cual debió de ocasionar la muerte de millares de mariposas y otros insectos.

En otra ocasión, mientras estábamos a 17 millas frente al cabo Corrientes, tenía yo a bordo una red


  1. Lyell, Principies of Geology, vol. III, pág. 63.