Página:Charles Darwin - Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo - Tomo I.djvu/244

Esta página ha sido corregida
220
cap.
darwin: viaje del «beagle»

que le habían robado al primero. El señor les echó el alto, y ellos contestaron desenvainando los sables y acometiéndole. Volvió grupas el atacado, y picando espuelas les tomó la delantera, manteniéndose, sin embargo, a corta distancia, y al pasar junto a un arbusto de espeso ramaje, giró en torno de él e hizo parar en seco a su caballo. Los que le perseguían se vieron forzados a torcer a un lado y pasar delante. Entonces el señor se lanzó sobre ellos: hundió un cuchillo en la espalda de uno, hirió al otro, recobró el caballo, quitándosele al ladrón moribundo, y se encaminó a su casa. Para tales proezas de equitación se necesitan dos cosas: un bocado muy duro, como los usados por los mamelucos, y que el caballo conozca bien sus poderosos efectos, aunque se le emplee rara vez, y además, grandes espuelas de punta roma, capaces de ser aplicadas, ya como mero contacto, ya como instrumento de extremo castigo. Se me figura que las espuelas inglesas, cuya aplicación, aun hecha con suavidad, pica el pellejo del caballo, no sirven para domar éste al estilo de Sudamérica.

En una estancia próxima a Las Vacas se matan semanalmente gran número de yeguas para vender sus pieles, a pesar de valer solamente cinco dólares en papel, o unas 10 pesetas cada una. Parece extraño a primera vista que resulte beneficioso matar yeguas por tan insignificante cantidad; pero, siendo ridículo en este país tanto domar como montar una yegua, carecen de valor si no es para la cría. La única cosa en que he visto hacer uso de yeguas ha sido en trillar trigo, para lo cual se les hacía dar vueltas en una cerca circular, donde se habían tendido las gavillas. El matarife de las yeguas era además muy celebrado por su destreza con el lazo. Y, en efecto, apostaba que, dentro de la distancia de 12 metros de la entrada del corral, cogería en el lazo a todas las bestias que pasaran corriendo, sin errar una. Otro aseguró