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cap.
darwin: viaje del «beagle»

rea. Aunque no es palmípeda se la encuentra frecuentemente a distancia mar adentro, sin duda a causa de algún hábito no conocido. Esta pequeña familia de aves es una de aquellas que por sus variadas relaciones con otras familias, a pesar de ofrecer hoy dificultades al naturalista clasificador, en último término puede ayudar a revelar el gran plan, común a las edades presentes y pasadas, conforme al que han sido creados los vivientes todos.

El género Furnarius contiene varias especies, todas de aves pequeñas que viven en tierra y habitan en comarcas secas. Por su estructura no pueden ser comparadas a ninguna de las formas europeas. Los ornitólogos las han incluído generalmente entre las trepadoras, no obstante ser opuestas a esta familia en todas sus costumbres. La especie mejor conocida es el común hornero de La Plata, el casara, o albañil de los españoles. El nido, especie de minúscula casa, de donde le viene el nombre anterior, está colocado en los sitios más visibles, como el remate de un poste, una roca desnuda o un cactus. Se compone de barro y pajitas y tiene paredes fuertes y gruesas; en su forma se parece mucho a un horno o colmena de bóveda deprimida. La entrada es grande y arqueada, y frente a ella, en el interior, hay una división que llega casi al techo, formando así un paso o antecámara al verdadero nido.

Otra especie más pequeña de hornero (F. cunicularius) se parece a la anterior en el tinte rojizo general de su plumaje, en un grito peculiar, reiterado y penetrante, y en la extraña manera de correr a saltos. Por razón de su afinidad con la precedente, los españoles la llaman casarita (o albañilito), aun cuando su nidificación sea del todo diferente. La casarita construye su nido en el fondo de un estrecho agujero cilíndrico, que se prolonga, según dicen, casi dos metros bajo tierra. Varios campesinos me contaron que