de los obreros? Hubo toma de caminos para impedir que subieran los trabajadores desde Rancagua hasta el Mineral. Hubo barricadas en las calles; se apedrearon, abollando y rompiendo los vidrios y los cristales, a 58 vehículos que se usan diariamente. Y esto ocurrió cuando estaban dentro de ellos los trabajadores. Hubo violencia y matonaje, porque no fueron obreros en paro o empleados en paro los que así procedieron. Fué gente extraña, fueron fascistas infiltrados en los trabajadores, los que así procedieron. Se tomó la empresa en Rancagua. Se tomó una radio en Rancagua. Más que eso, el local de la Central de Trabajadores del Cobre en Santiago también fue tomado. La violencia en Rancagua alcanzó tales niveles de resistencia, esta quiebra de la democracia sindical, esto que apunta a una nueva actitud que es fascista en sectores que se infiltran dentro de los trabajadores con menor conciencia, fue alentado permanentemente desde la prensa reaccionaria. Extraña ver, por ejemplo, cómo El Mercurio ha publicado a cinco ó seis, u ocho columnas, muchas veces en primera página, lo ocurrido en Rancagua, estimulando permanentemente la reacción de resistencia a la voluntad mayoritaria de los trabajadores y a la fórmula que el Gobierno entregó y fue aprobada.
Tengo aquí los recortes, y no quiero demorarlos a ustedes, estimados compatriotas, leyéndoles informaciones falsas que sostenían que se iba a ampliar a otros minerales el paro de El Teniente. No ocurrió esto. Sin embargo, se mantuvo insistentemente la información de que se habían acordado paros en distintas faenas de la Gran Minería del Cobre.