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Ayer sábado tuvimos incidentes en Santiago. Se levantaron barricadas utilizando las planchas de zinc del Metro, frente al local de la Democracia Cristiana. Sin permiso quiso allí realizarse una concentración. Carabineros cumplió órdenes del Gobierno y utilizó gases lagrimógenos para dispersar la gente.

Hubo dos heridos leves y 14 detenidos. No hubo ningún muerto, no hubo ningún herido a bala. Las radios, la prensa, dirigentes políticos de alta responsabilidad, hablaron con dureza; acusaron sobre bases que no eran ciertas; sostuvieron que había muertos y heridos a bala y que se había procedido con una forma increíble de dureza, que se había golpeado implacablemente a los mineros, repito, no hubo un solo herido a bala.

Y cuando se dijo que era posible que los Carabineros no hubieran disparado, pero que habían salido disparos desde la torre de Entel que se está construyendo, fui yo el que de inmediato ordenó a Carabineros que procediera a violentar las puertas de la Torre Entel y que se revisara íntegramente ese edificio. Así se hizo. Sólo había cuatro personas, las que fueron detenidas. Una de ellas portaba un arma que no había usado y que está detenida por eso. Así hemos procedido ante una denuncia aún no confirmada, ante un hecho o una suposición de que se había disparado contra los trabajadores que estaban frente al edificio de a Democracia Cristiana.

Qué actitud tan distinta de aquellos otros que tienen responsabilidad por los cargos que han ocupado y que deben medir más que otros sus palabras; que no deben acusar porque deben tener el recuerdo candente de lo que hicieron en su Gobierno.

No pueden proceder de esa manera para acentuar un clima que puede desbordarse violentamente, cuando se le dice al país entero a través de radios que repiten esas palabras o que sencillamente informan en forma torcida, que hay cientos de heridos y cuatro muertos.

( SIGUE )