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Los estudios de técnicos han señalado desde hace muchos años, que en el mundo, en relación con el aumento vegetativo de las masas humanas, se van produciendo cada vez más dificultades de abastecimiento, especialmente alimenticio. El incremento vegetativo de los países en vías de desarrollo, por su cultura, por la alta mortalidad, es mayor que en los países industrializados. Es una defensa del cuerpo social frente a la mortalidad; por ello entonces, es que se han señalado como países marcados por la explosión demográfica. De allí que a pesar de la mortalidad, el incremento de la población sea en proporción mayor que en los países industrializados, como acabo de afirmar.

Y la relación producción-alimentos, e incremento de la población, establece una desigualdad que va en aumento. Los países como los nuestros, que a pesar de tener grandes extensiones de tierra, posiblemente inclusive de aprovechamiento de aguas, están marcados por este hecho que es tradicional en nuestro continente: el que un porcentaje muy alto de Latinoamericanos se alimenten en condiciones por debajo de lo normal. Y la cifra es de un 56%.

En nuestro país hemos vivido durante los últimos 20 ó 15 años una realidad que ha significado que Chile ha tenido que importar cerca de los 200 millones de dólares anuales en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite. Y a pesar de esas importaciones, el 42% de los chilenos se alimenta y se alimentaba por debajo de las exigencias biológicas.

Y lo he dicho reiteradamente: la más dura, pesada e injusta herencia que tenemos, es que haya 600 mil niños con un desarrollo normal e intelectual por debajo de lo normal, por el hecho de no haber ingerido el número necesario de proteínas en los primeros ocho meses de su existencia. Está señalado muy claramente por los médicos, biólogos, el hecho de que pueden recuperar su desarrollo físico cuando se ha retrasado por la falta de proteínas, pero no puede recuperarse el no desarrollo normal de las neuronas cerebrales, y por lo tanto, la capacidad intelectual, la memoria, la capacidad retentiva y la imaginación. Es un hecho muy claro y muy fatal la necesidad de alimentación adecuada.