MUY QUERIDAS COMPAÑERAS:
Ha sido muy grata para mi esta invitación que me formulara mi estima da compañera y amiga Marta Melo, Secretaria Ejecutiva de la Secretaría General de la Mujer, para compartir unos minutos con ustedes.
No puse como condición, pero tenía la esperanza de compartir con ustedes este grato momento, sin tener que hablar. Lo hago, primero para resucitar a Marta, porque esa flor que lleva se la he puesto yo. (RISAS)
Hoy día grabé un saludo a la mujer chilena;saldrá en el Canal 7, por lo tanto estaré presente con ustedes en su casa esta noche, y espero que sus compañeros -por orden mía- las festejen. (RISAS)
Saludo especialmente la presencia de mi estimada amiga, representante de la Federación de Mujeres Cubanas. He tenido la oportunidad de estar, conversar y dialogar con ella, así como me percaté profundamente de la gran actividad que desarrolla la mujer cubana y de la repercusión que tiene su labor en la vida revolucionaria de Cuba. Por eso, en ella saludo a la combatiente mujer de la isla de Martí, recordando que cuando fui invitado por Fidel Castro para recibir el saludo del pueblo cubano, vi miles y miles de mujeres que me estimularon con su presencia. ( APLAUSOS)
Me parece casi innecesario señalar, que desde los albores de nuestra existencia como raza y como pueblo, la mujer jugó en Chile un gran y extraordinario papel.
Desde la mujer araucana, que junto al indio de esa tierra heroica, del Arauco indómito, contuviera al invasor.
Desde las mujeres que tejieran las banderas de la independencia, para terminar con el coloniaje, a lo largo de los años de nuestra vida, la mujer ha ido marcando con su ejemplo, con su convicción, con su fé patriotica, su anhelo de hacer de Chile un país de dignidad, de independencia, con perfil propio.